Francia
Este año, los mundos imaginarios llegan a Errobiko Festibala. ¿O será al revés? Poco importa: los mundos imaginarios están en todas partes. En nuestro interior, por supuesto, en el terreno fértil de nuestras mentes donde echan raíces; pero también en cada rincón del espacio donde proyectamos nuestros pensamientos. A veces, al crecer sin control como plantas salvajes, estos pensamientos cargados de imágenes terminan cruzando el umbral de la mano, para tomar forma en objetos que modelamos, pintamos o esculpimos. Hacer visibles fragmentos del imaginario — ¿no es acaso una de las cosas más bellas que permiten las artes plásticas?
Así, el caminante de Atharri está invitado a descubrir verdaderos fragmentos de imaginarios — al pie de un árbol, bajo un toldo, o sobre la hierba acogedora. Máscaras y maravillas, criaturas carnavalescas, banquetes imaginarios… Las creaciones son rocambolescas, y los artistas provienen de orígenes muy diversos: profesionales, amateurs, autodidactas, implicados en el mundo asociativo, personas con discapacidad, del País Vasco o de otros lugares...
Imaginarios múltiples, llenos de contrastes y singularidades, que por la magia del encuentro, por el juego de los entrelazamientos, acaban tejiendo una nueva trama — tan colorida y hermosa como la materia misma de nuestros sueños. De lo individual, el imaginario se hace colectivo y, sin límites, no puede sino aspirar a nutrirse de los imaginarios traídos por los festivales, alimentándolos a su vez.